CUENTO CORTO II

Como va pasando el tiempo...

Las cosas ya no son como antes. Hace diez años nos conocimos y fue en mi vida un cambio increíble. Ser tu compañero de travesuras hacía que todo fuera más interesante, más alegre... más lleno. Fue difícil acostumbrarme a tu diario vivir, a esa forma tan "fría" de ver las cosas y a esa extraña forma de manipularme para hacer lo que querías.

A veces llegué a pensar que no te interesaba... que era simplemente un capricho o un juego. Me sentí a gusto a tu lado pero en los momentos en que más compañía necesitaba recibí solo palabras secas y cortantes... Cuántas veces me recalcaste mi manera sentimental de ver las cosas? No sentía apoyo en vos... sin embargo cuando estábamos juntos mi planeta daba un vuelco y cambiaba todo lo que me había reprochado en la mañana. Y así siguió nuestra relación, extraña, formando parte de un estira y encoge... de un ciclo...

Nunca sabía como ibas a reaccionar. Eras tan impredecible.

Tu primer regalo para mí fue una tarjeta, la recuerdo muy bien... sin palabras, sin firma... tal vez como nosotros, como nuestra "relación", sin identidad. Sin nombres ni edades. Tenía solo un dibujo de un perro acostado sobre su casita... simplemente un dibujo, una apariencia, una fachada, como nosotros... aparentando ser algo que no estaba definido si era o no.


Tomé la decisión de dejarte varias veces... me desaparecía por tiempos y luego regresaba... aún no descubro el porqué.

Pasaban los años, unos más unidos, otros completamente distanciados. Y nuestro aspecto va cambiando, nuestro cuerpo se va transformando así como nuestra forma de pensar... Te he citado hoy y al verte venir, con paso lento, tomando un bastón para sostenerte, entendí que después de todo lo que vivimos, después de las travesuras y de ser cómplices en la vida... hoy lo que queda entre nosotros no es más que cariño... Es la mejor decisión.

El tiempo pasa... nos vamos volviendo sabios...